viernes, 10 de mayo de 2019

CONVIVENCIA

HAY DIAS ASI...
   Mientras oye la voz del video, masculina y joven, chillando que si, que es un puto, que se la meta duro, se acerca, extrañado y asombrado, a la habitación del carajo con quien comparte ese piso en ese edificio para divorciados, pillándole en el acto. ¿Sería una conversación difícil?, un poco, pero los hombres quieren lo que quieren y si incluye la polla más rápido. ¿Miraba aquello por curiosidad? ¿Tan sólo quería saber porque vio un video por accidente y quedó picado como tantos? Bien, que probara con lo real, ¿no? Que con los labios tocara la punta de la verga, que la tragara. Si, se sentía bien, y daba curiosidad, pero, okay, chupar un poco tal vez no era tan bueno, aunque no sabía mal. Especialmente si con cada subida y bajada que daba con la boca pareciera que le aflojara más la masculinidad al otro. Una que pronto tuvo que tomar, la del gran gerente de empresas que mantenía prácticamente ese piso aunque los gastos se supone que iban a ser compartidos como no se cansaba de recordarle. Ahora no sólo lo tiene en sus manos, o en la punta de su tranca mientras ara con rabia la cerecita ya tomada, ya no podrá reclamarle eso de nuevo; sino que viéndole la cara contraída, oyéndole gemir que no se detenga, que le destroce el culo a fuerza de embestida, sabe que ahora tiene una perra bajo su techo listo a satisfacerle cuando lo deseara. Y se pregunta si ese carajo aún se consideraría un macho del todo, mientras chillaba peor que una hembra por una follada ruda. No lo sabe, ni le importa, siempre que pueda clavarsela cuando le urja. 

DANDOLE CON LA LLAVE AL FONTANERO

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