A
diferencia de lo que mucha gente cree, también en los mayamis el
costo de la educación universitaria es alta, viéndose el
estudiantado obligado a contraer compromisos onerosamente largos y
desesperantes, casi deudas de por vida; así que hay que inventarse
una para costearlo en lo inmediato, siendo rechazados algunos planes
de negocios por la gente de la zona donde se ofrecen. Siempre queda,
para los rabiosamente desesperados el ir e intentar negociar las
cuotas con alguien designado. La cosa es mostrarse humildes, halar
mecate, para lo que no sirve un chico cuyo temperamento sea agresivo
y al cual se le vuelen los tapones, cayéndole encima al encargado
del asunto...
A
menos que algo le note, que sepa reconocerle como una personalidad
sumisa a la que puede arrollar para obligarla a responder como
quiere. Sorprendiéndole muchas veces, tanto por el enfrentamiento
como con sus respuestas. El tío al que se le grita y grita tanto que
termina obligándosele a suplicar que calle, a decir que hará lo que
sea para que se calme. El chico de temperamento podría explicárselo,
que cuando un hombre de verdad quería algo no había puta que se
resistiera aunque, técnicamente, estuviera dotada de poder. Si era
un tío sumiso, estaba perdido. Los chicos así los olían y tomaban,
rudamente, lo que deseaban de ellos. En este caso la renegociación
de las cuotas del semestre, también vaciar sus bolas en una
temblorosa y apretada vagina recién estrenada, una a la que podría
volver cuando lo deseara, porque así como sabía que ese tipo nunca
lo contaría, apostaría lo que fuera a que pronto estaría extrañado
eso a cierto nivel. Ser tratado como su zorra maluca, esperando verle
llegar una tarde cualquiera, cuando menos trabajo hubiera y más
aburrido fuera el día y le diera duro con la verga.
Hace
tiempo MEN.com estaba lleno de videos así, casi violentos (hay uno
de un chico encerrado con un sujeto en una celda, y otro de un
camarero que deja caer una bandeja sobre las ropas de un huésped que
son dinamita), pero parecen haber sido retirados del catálogo.
¿Avergonzados de sus orígenes? No deberían, eran buenos.
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