miércoles, 8 de mayo de 2019

MORIR POR TOMAR AGUA MUY FRIA

SIMON DIAZ, A CINCO AÑOS DE SU PARTIDA

   ¿Serán ciertas las viejas consejas maternas?

   ¿Recuerdan aquello de no acostarse después de comer, ni entrar a la playa o la piscina, lo de no quedarse descalzos después de regresar de la calle? ¡No abras la nevera sudado!, era otra de ellas. Por lo menos en casa. Todas esas cosas que escuchábamos con media oreja, sin pararle en serio. Lo recuerdo porque de la tierra amiga del Perú llega una nota de prensa sobre un hombre joven, Ludwin Flores, de 27 años de edad, un atleta, futbolista, quien regresara a su casa después de un partido, fue a la nevera, tomó mucha agua fría y comenzó a sentirse mal; tanto que lo llevan a una clínica pero llegó muerto. Los médicos aseguran que sufrió un paro cardiorrespiratorio fulminante. Un infarto, pues. ¡Con 27 años! Los especialistas dicen que padeció “un corte de digestión, o hidrocución, un cambio en la presión arterial y la frecuencia cardiaca a raíz de un choque térmico”. Es decir, que esto ya ha pasado por extraño que se escuche. El agua fría contrajo los vasos cercanos al corazón y este debió latir con fuerza para contrarrestar el efecto pero fue demasiado. Una verdadera pena. Bien, aparentemente esa prevención que nos hacían de chicos como que si hay que tomarla en serio... Contrario a lo de no bañarse en la playa en jueves y viernes santos. Aunque, quién sabe y más tarde nos enteremos de algún caso que de credibilidad al mito. 

MORBIDA FASCINACION

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