ELSO
-Ala
vin, a la vin, a la vin von van, maricas, maricas, ¡siiiii!
-festejaba y saltaba que daba gusto verle.
Aunque
le avergonzaba un poco reconocerlo aún para sí, mientras aguarda,
debía admitir que si, le gustaban largas, cabezonas gruesas y llenas
de venas... además de blancas.
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