BOTON
No
podía hacer nada, ni siquiera esconderlo...
...Pero
a nadie afectaba, todos aceptaban que siendo tan maricón así
respondiera. No tenía nada de raro que tres de ellos le follaran
duro y a fondo, dándole y dándole, batiendo sus leches, haciéndole
chillar, delirar, reír y sollozar todo realizado mientras su
ardiente concha era usada, estirada, refregada. Era, eso sí, hasta
hace poco un amigo más, otro pana como todos, hasta que se confiara
sobre algunas fantasías con el resto. Que pronto estuvieron
enculándole, gozando el momento, el saber que entre ellos había una
perra desatada. Palabras e ideas sobre él que le atormentaban un
poco, pero ¿cómo evitar que se dijera eso cuando tres de ellos le
daban y extrañaba que faltaran pollas, sintiendo su vagina
palpitante, toda llena de semen pero aún picándole toda? Si, era
hora de admitirlo: era una perra de culo insaciable.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario