lunes, 24 de junio de 2019

ESPERA

PADRES Y MAESTROS INVOLUCRADOS
   ¿Destinos inexorables? ¿O sólo tíos ociosos?

   Tiembla con los ojos muy abiertos, boca igual, mejillas muy rojas en su joven rostro de atleta universitario. Ver a su mejor amigo, compinche de mil parrandas con mujeres, siendo enculado así, duro, adentro y afuera provocándole aquellos gemidos y lloriqueos, lanzando esos “dámelo, papi, dámelo todo”, le tenía erizado. El hombre, el nuevo entrenador había tomado su virginal cereza anal con carcajadas profundas, casi insultantes cuando debieron asistir al llamado por dos escapadas a tomar caña que llegaron a sus oídos. Mirándole, a su amigo, el hombre había dicho creía saber cuál era el problema, que era un marica desatendido. No recuerda qué dijeron, qué gritaron, todo parecía borrado mientras ve a su panita respondiendo con ganas, riendo y sollozando cuando le llenan el culo de leche. Y se tensa más porque... La pieza sale del hoyo, que tiembla y gotea, al tiempo que el entrenador le mira.

   -Vamos, pégale la lengua, maricón; chúpalo y recoge hasta la última gota. Tú sigues, quítate ese pantalón. 

METABOLISMO

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