CAMPAÑA ARRIESGADA
¿Culpa
de su vistoso trasero?
No,
que lo tuviera así le hizo destacar desde chico, cuando en la
escuela se lo palmeaban a modo de juego, luego con secretas
intenciones en el liceo, más tarde los hombres que deseaban
explorarlo en las duchas de los vestuarios. Lo que en verdad le
definió como recipiente para semen eran las ganas que siempre había
sentido de ser llenado, de sentirlo estirado al máximo con una buena
tranca venosa y palpitante, ser follado a fondo y a toda hora. Era un
placer que nunca podría explicar, pero real. Y era todo lo que le
importaba. ¿Qué todavía le quemaran esas ganas como había sido
desde muchacho cuando su padre le vigilaba y cuidaba de los variados
amigos de la casa? ¿Qué importaba si cuando, despojándose de las
ropas por la razón que fuera, dejándolo ver, ya contaba con
voluntarios deseando satisfacerlo?
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