En
los vestuarios pone a todos a temblar, porque sonreído demostraba
que, a usar la punta de la lengua para clavarla, nadie le ganaba...
Para
cierto tipo de chicos desde sus días de escuela, y que a viejos así
llegan, no había nada mejor que un intenso y poderoso orgasmo anal.
-¿Crees
que puedes conmigo, maricón? Ven, pues, y atrévete... Quiero verlo.
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