-Pasa,
muchacho, te guardé un buen pedazo. Justo del sabor que más te
gusta.
Grande,
poderoso, velludo y varonil... pero sigue siendo el jovenzuelo a quien
los amigos de su papi le daban cariño...
-¿Se
te antoja, maricón?, no me importa que seas mi mejor amigo de toda
la vida, vas a tener que trabajar por él, demuéstrame cuánto lo
quieres.
¡Hola, amigo! Ya respondí tu correo. Con él, concluimos lo recuperado de la primera centena de "Luchas Internas".
ResponderBorrarVoy a pasar también, amigo...
ResponderBorrar