domingo, 14 de julio de 2019

REALIZACION

FAMA REGADA
   El hombre canoso siempre confió en él, en sus posibilidades; sabía que, contrario a lo que todos decían cuando le tachaban de vago inútil, un día encontraría su lugar en la vida, así fuera obligándole, al principio, a ir a trabajar a su taller, el que tenía con sus socios. Tíos a quienes le une la confianza, la amistad y ese rudo afecto que se fomenta siempre entre machos. Entre los tres le encontraron acomodo, un oficio, un destino. Y vaya que parecía realizado mientras chillaba y suplicaba por más, agradeciéndoles lo que hacían por él, desde lamerle la ansiosa vagina a llenársela con gruesas barras que se la dejaban aún más mojada. Si, el hombre sonríe satisfecho, sabía que el yerno, quien siempre le pareció medio culo caliente, terminaría amando los güevos y el semen. También nota que ahora hay más sentimientos e historia entre ellos, que cuando le roza las paredes de la concha con su blanca barba, este se estremece y gime de manera especial, todo cachondamente.
   Lejos queda el momento de dudas, cuando desnudos se le aparecieron y le dijeron que no temiera quitárselo todo y ponerse ese bello suspensorio rojo (el clítoris le abultaba rico en él, tanto que se lo apretaban por turnos), y que se desatara como la puta hambrienta y necesitada de güevos que todo le sospechaban. Y qué éxito. Claro que para asegurarse el retener a esa perrita un buen rato en aquel trabajo, siempre de ánimos y de rodillas, había que dejarle siempre ese agujero bien repleto con la leche de varios sujetos. Así no fueran únicamente ellos. 

MEDICINA

No hay comentarios.:

Publicar un comentario