jueves, 11 de julio de 2019

VENEZUELA REPARTIDA

GUERRILLA EN VENEZUELA, ¡CULPA DE URIBE!

   Lamentablemente no sería la primera vez...
   Preocupa mucho nuestro destino como nación aquello en lo que puede terminar esta guerra loca que se tiene contra toda posibilidad de un entendimiento que le permita salir a Venezuela de esta pesadilla. Me refiero a lo interno, donde no parecemos saber dónde pisamos, ya que a lo externo todo el mundo ha dicho claramente que la salida para este conflicto tiene que ser negociada porque aquellos que podrían intentar otra alternativa, militar, han dicho que no lo harán. Una y otra vez, pero aquí, intencionadamente, se ha querido no escuchar ni entender, llegándose incluso a culpar a Juan Guaidó de que “no se hace la intervención militar porque él no quiere”. Estados Unidos, Europa y los países del Grupo de Lima han dicho que no apoyaran una intervención militar, no porque les de grima sino por el costo político para cada uno de ellos a puertas adentro de sus países. Que ellos o sus partidos pierdan el favor de su gente, y quien pida intervención yankee en el continente a eso se arriesga. Y no se van a arriesgar por gente insensata incapaz de ponerse de acuerdo para solucionar sus propios problemas. En eso tienen toda la razón. Pero la guerra sucia desatada por el llamado chavismo, dentro y fuera de la oposición, sigue en sus treces. Negados a cualquier tipo de acuerdo que desmonte esto. 
   Dentro del chavismo oficial porque hay quienes saben que de negociarse algo serán sus cabezas, embarrados hasta el cuello como están en delitos de narcotráfico, corrupción monda y lironda y los graves y terrible hechos de violación de derechos humanos, comenzando por el Fiscal de facto y varios miembros del Tribunal Supremo y muchos generales. A esos les aterra que se hable de acuerdo, ¿para dónde van a correr que no se les detenga y entregue a los tribunales internacionales? Pero dentro de la oposición, el chavismo no oficial, hay gente que no gana ni unas elecciones de condominio, que no llenan una calle, que son incapaces de hacer elegir a un concejal, de hecho a quien apoya se hunde, que consideran que la única vía para alcanzar el poder es mediante una conmoción interna, y si es aparatosa y con muchas muertes, de otros, mejor todavía. Como los caminos del entendimiento les estorba, o les asusta, unos y otros se dan las manos y en medio quedan los tontos útiles, aquellos que sirven para lograr el efecto deseado por las redes, como dijera hace más de cien años el señor Vladímir Ilich Uliánov.
   El problema actual es que no logra concretarse nada, que no se destranca el juego, ni para bien ni para mal. El gobierno no puede terminar de aplastar a sus rivales políticos porque estos cada vez son más, y el pueblo llano comienza a ver que lo que viene es hambre (lo de las cajas tiene a todos desesperados en urbanizaciones y barriadas), ni la oposición puede congregar a una multitud que se inmole frente a un ejército cobarde para sus obligaciones pero comprobadamente criminal en la represión a gente desarmada, fuera de los grupos violentos armados por el régimen para que actuaran como los camisas pardas de los fascistas del pasado. Con gritos no se frenan balas, y esa verdad universal que sabe el pueblo desde el 27 de febrero de 1989, que no entienden muchos políticos, es el techo que se alcanzará. Hay cosas que muchos no quieren ver, fuera de que el mundo dijo que no invadirá (que no es cosa de Guaidó, es que no lo harán); que nadie se va a lanzar contra las balas para que este o tal señora se siente en Miraflores mediante una revuelta, ni se confía en llamados a golpes de estado. 
   La gente miraba con simpatía a los golpistas del 4 de febrero, pero no salió Venezuela entera a apoyarles, ni el 27 de noviembre de ese mismo año, ni cuando Guaidó llamara hace poco. La gente está cansada de decírselos, pero no quieren escuchar. Es algo que está ahí, que se vivió, que se vio, pero de lo que no se aprende o se pretende que no se sabe para ver a quién se engaña. Y los laboratorios de guerra sucia para impedir un destranque del juego están moviéndose a toda mecha, porque han contado con éxitos previos. Aquí en Venezuela se dijo que nada se lograría con votos y organización, en unas elecciones para alcaldes, otras para gobernadores, que habrían teñido el mapa político de colores democráticos, justo cuando ya se había sacado al régimen del Parlamento con votos y organización. Se dijo que votos, organización y unidad no sacaban dictadores, aunque en España al franquismo y en Chile a los  militares se les derrotó con votos, unidad y organización. Se le dijo a los alumbrados que la única vía era una intervención externa, como pasara en Cuba, aunque en realidad Cuba nunca ha caído. O esperar una revuelta popular, que no se daría por razones citadas más arriba.
   ¿Cuál es el peligro real de todas estas necedades de gente sin pueblo ni seguidores como no sea la reunida a la sombra del soborno de una caja o la rabia irracional de querer que corten cabezas en lugar de ver libre a Venezuela primero?, que el mundo se canse de los escándalos de unos y otros, de la situación de oprobio en un continente que no ha conocido estos desastres humanitarios como si los ha vivido África, que se cansen de la migraciones y se llegue a un acuerdo entre Estados Unidos, Europa, Rusia y China. Un conciliábulo donde se pongan de acuerdo sobre cómo resolverlo... y qué sacarán a cambio para dejar que ocurra, como se repartieron el mundo al final de la Segunda Guerra Mundial. Que para eso la pelearon y la ganaron. Y que se negocie lo que somos y tenemos sin nosotros presentes, por necios y problemáticos, por ignorantes de lo que ha ocurrido ya en situaciones parecidas. Como cuando hace más de un siglo se discutió sin nosotros los límites de la Zona en Reclamación y nos jodieron, como se negoció la misma Zona hace poco y Guyana, con empresas gringas cubanas y brasileñas se pusieron de acuerdo y se repartieron esa vaina sin nosotros. Peor, ya que fuimos traicionados por Guyana, el CARICOM, Cuba y Brasil, aprovechando la demencia y estupidez del difunto Hugo Chávez Frías y la debilidad de una Fuerza Armada corrupta en manos de Nicolás Maduro Moros.
   Cuando hace un mes el Departamento de Estado norteamericano, frustrado, dijo que no había con quién conversar en Venezuela, todas las alarmas debieron sonar, como cuando se dijo que se reunirían funcionarios de ese país con rusos y chinos. Sin nosotros, para que la necedad no estorbara. El mundo puede ponerse de acuerdo para resolvernos este lío, especialmente las naciones que tienen cuentas por cobrarnos, como China y Rusia, sí, pero seguramente no nos gustará el resultado. Pero ese es el destino de la gente que no se prepara, que no aprende. Uno de nuestros grandes escritores, Elías Calixto Pompa, en un poema llamado “Estudia” terminaba con una frase que cito de memoria: Estudia, para que cuando grande no seas el juguete vulgar de las pasiones ni el sirviente servil de los tiranos.
   Nos hace falta, por lo menos, conocer nuestra propia historia. 

LA DESVERGÜENZA DE PEPE MUJICA


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