Dos
minutos más y sabe que llegaran todos esos carajos de las casas
vecinas a ofrecerle sus mangueras. Como siempre que lavaba el carro y
salían sus mujeres...
-Hey,
¿no ves que estoy ocupado con tu compañero de cuarto? ¿Notas cómo
se la clavo y aprieta todo desesperado? Es porque le gusta. Si
quieres que te la meta espera un rato...
-No
lo sé, profe, a veces creo que me reprueba, aunque conteste bien,
tan sólo para cobrarme la reparación. Pero, en fin, nunca me quejo
si una mamada alguien quiere darme en el salón.
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