martes, 27 de agosto de 2019

YANZDEH

YEKEMIN
   Joder, iba a tener que enviarle una botella al cuñado. Era cierto: cuando la mujer andaba lejos una buena boca maricona hacía de maravillas el trabajo...
   -Vamos, pana, no me vengas con vainas que ya sé que te gusta... Anda, tócame como quieres, adórame. Sacámela y trágatela. Hazlo bien y recibirás una buena rociada de leche caliente.
   Chilla confuso y extraviado. Con cada centímetro entendía que le encantaba. Una vez toda adentro, entiende que es tanto el amor que será su humilde esclavo blanco para siempre. 

TIYAN DIKARIN

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