BIR
Cuando
se junta el hambre con las ganas de comer...
-Buena reunión, ¿eh, amigo? Me dejó feliz, dichoso... excitado. Noté que te fijabas, y que parecía haber hambre en tu mirada. Joder, estoy que no aguanto, ¿por qué no vienes y te agachas con ese traje caro y me das una buena mamada? Para comenzar, porque algo me dice que debes tener un culito apretado, caliente y mojado que debe hacer las delicias de tus conocidos cuando sales sin tu mujer. Vamos, date gusto como una buena zorra caliente. -invita.
Cada vez que cerraba un trato millonario, ganando otra pequeña fortuna, quedaba que no cabía en sí... ni en sus ropas. Y para que todo volviera a su sitio debía repartir verga a uno de esos carrizos que no esperaban una cita, una llamada o palabras dulces de enamorados. Todos ganaban.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario