LA HIJA DE NADIE, UNA CANCION DE ROCOLA
El
hombre que es dejado atrás...
En estos días trabajando en el patio de la casa de mi madre, con uno de mis sobrinos mayores, escuchamos la noticia de la muerte del hijo de Andy Montañez, de su mismo nombre; siendo quién es lancé un ay, que malo. Al bichito ese no le decía nada el nombre; cuando le insistí que era un famoso cantante (no, no me respondió que si fuera famoso no ignoraría quién es, no es tan descarado), le canté una estrofa de una de sus canciones más hermosas, la que mejor recuerdo y quiero: “Casi te envidio”. Me miró con cara de extrañeza. Pasaba por ahí una de mis hermanas y le pregunté si conocía la canción y ella la cantó. Mi sobrino abrió mucho los ojos, sonriendo, “ah, sí, claro que la he escuchado, pero, caramba, tío, cantado por ti ni el himno nacional se reconoce”. Así dijo el muy bicho.
Esa canción de Andy Montañez es hermosa, la tonada, la letra, los acordes, especialmente su significado para una rocola, el hombre que ama casi demás, el objeto de ese amor dándolo todo por terminado, siéndole anunciando que ha continuado, que ha superado el momento, que sigue y es feliz con “una nueva ilusión”. Ese revolcarse en el dolor, sufrir y todavía encontrar fuerzas o dignidad para decirle que se alegra por ella, el que una nueva luz ilumine su oscuridad, porque lo que es él sufre y no puede seguir. El significado es intenso. ¿Qué cara pone un hombre, o una mujer, cuando le dice a la otra persona esta bien, sigue, sé feliz, yo no puedo? Como en esa hermosa ranchera de Pedro Infante cuando da su último brindis por ella y la copa cae de su mano. ¿Así quieren algunos?, no lo sé, pero suena patéticamente poético. Me habría gustado sentir algo así alguna vez. Y, lógicamente, un tema tal merece estar en una rocola de amores intensos y frustrados. La de plata que gasté buscándola. Tuve, sin exageración, cuatro casetes que la contenían. Si, casetes.
Por cierto, un pésame al señor Montañez, por su hijo, “Andicito”, a quien encontraran en la vivienda que compartiera durante muchos años con su familia, con su esposa fallecida no mucho tiempo atrás, tras varios días desaparecido, en su Puerto Rico. No debió ser una vista agradable para quienes finalmente le encontraron, como dolorosa debió ser para su padre y el resto de la familia. Qué broma.
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