A
cierta edad todo chico debe irse...
-Joder, ¿otra vez, Jaimito? -gruñe el hombre.
-Hey, cariño, ¿están bien tu amigo y tú? -jadea la mujer al lado del marido.- ¿No podrían ir a... estudiar a tu cuarto?
-¡Y recuerda que la maldita cama chilla! ¡Ni dejes la ventana abierta, que los vecinos ya se quejan del “métemelo, métemelo todo, pendejo”! -acota el hombre, rodando los ojos. A su edad él ya tenía su pieza y no molestaba a sus padres cuando tenía sus citas. De hecho ya estaba hasta casado.
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