UN MUNDO AMABLE
El
trabajo de un padre...
Sabiendo
que su muchacha nunca encontraría a un marido mejor, el hombre se
preocupa por su necedad de reclamarle y reclamarle por cualquier
tontería, negándole el sexo, de paso. Ese Chico podría cansarse e
irse, así que, sacrificándose se ocupa de hacerle sentir mejor cada
tarde... también una que otra en las mañanas y antes de que se vaya
a la cama. Con escandalosas chupadas y sorbidas lo drenaba de toda
molestia o ira… Oyéndole decirle “si, maricón, traga viejo
marica; se nota que te gusta olerme entre los pelos mientras te la
metes hasta la garganta”. Pero, ahora, el chico se quejaba de otra
cosa:
-Suegrito,
Elena nunca me deja darle por el culo y la verdad es que eso me da
curiosidad y me provoca...
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