viernes, 27 de septiembre de 2019

TRZECIE

PIERWSZY

   ¡El muy idiota! Sabiéndose bello, el nuevo chico salvavidas se iba con los otros chicos guapos de la playa y uno que otro atractivo tío madurón, y regresa con esa cara toda manchada. No de bloqueador sino de esperma... Mucha. Y sabe que sé, y nunca me invita a que le acompañe para darme una mamada. Joder, y lo peor de todo no es verle con esos idiotas sino que sé que junto a mí sería feliz. No andaría tras cualquiera. Me la probaría y ya no querría dejarla, a menos que fuera para clavársela hasta las entrañas... Vamos, chico tonto, ¿por qué no miras a tu compañero de estudios y dormitorio?
   -Hey, entrenador, ¿cómo nos prefiere de ahora en adelante, con suspensorios o sin ellos? Sé que le agrada olerlos en los vestuarios, ¿pero no le emociona más así? Oh, vamos, no ponga esa cara, todos sabemos lo que quiere, lo que desea, ¿por qué no lo admite de una vez, cae de rodillas y nos da buenas mamadas, o cae sobre cuatro patas para que entre todos le demos la fiesta de su vida? Es tan sólo un paso, admítalo, dígalo y del resto nos encargamos nosotros. Mire que vivimos con las bolas llenas y con ganas de usar las vergas. Se va a divertir, créame, señor. ¿Probamos?
   Joder, para evitar tantos líos poco recomendables en una institución como la Marina les había prohibido usar a cada cual la pieza interior que deseara. ¡Ya estaba bueno de bikinis y tangas! Pero con esos bóxeres blancos la cosa no prometía ir mucho mejor. Y si no apartaba los ojos de ese joven y altanero trasero seguro que se metería en un peo. Era extraño encontrarle así, y ahí, a esas horas... ¿No estarían apostando, los muy putillos, cuánto aguantaría sin follarse a uno de ellos otra vez? Eran capaces...   

CZWARTA

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