lunes, 28 de octubre de 2019

ГУРАВ

НЭГ

   El orden natural...
 
   No hay una edad determinada para que alguien lo entienda. Un hombre puede ser tan sólo un chicuelo, aún en la secundaria, cuando nota y comprende que es distinto. Que es todo un hombre y que los maricones responderán a eso, de manera automática, aún más que las mujeres ya que conocen los aromas y eso les enloquece. Nada emociona más a estos jóvenes gañanes que entender que estos irán sumisamente a él, sometiéndose gustosamente a lo que desee siempre y cuando les permita chupar su verga, llenarse las boquitas con ella, con la admiración ante su poder brillándoles en los ávidos ojos. Y que le ocurrirá al chico con el desconocido con quien se cruza en la calle, en ese tropezón fortuito en una cancha de básquet, una mirada que le lanzan en una escalera del subterráneo o en un sanitario cualquiera. El marica siempre responderá a su presencia. Aún así se entiende la sorpresa del joven gallito cuando es uno de sus mejores amigos de siempre, acompañado de un primo, por los lados de la familia de su papá, que viene de visita, quienes se disputan sus atenciones esa tarde en su cuarto, a donde les invitara a ver algo de porno. Riendo les dice que tiene para los dos, cosa que aceptan porque si, un hombre puede con dos, tres o cuatro de ellos cada vez. ¿Qué le queda como no sea sonreír complacido con su vida perfecta? Era joven, guapo, saludable, con una verga que se paraba a cada rato... y sabe que los otros dos se desvivirán por complacerle como merece. Ahora la duda... ¿cuál de los dos se sentará primero sobre su barra, entregándole con humildad y emoción su virginidad? 

ДӨРӨВ

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