viernes, 1 de noviembre de 2019

DEBER

ALEGREMENTE DESCARADO

   Uno de esos amantes de la naturaleza...
 
   Joder, allí estaba otra vez. Tan indecente en su pereza. Le gustaría reñirle, echarle de la zona, que después de todo era una zona donde las familias paseaban. Pero verle disfrutar del sol, de la brisa, con ese aire indolente de sensual gato relajado (y la tirita de esa tanga cubría ese hoyito que se adivinaba era un gatito salvaje), no dejaba que...
 
   -Hey, guardabosques... -dice viéndole sobre un hombro.- No le sentí llegar, pero me alegro. -sonríe pícaro, mirándole el pantalón abultado, meciendo su trasero.- Paso un buen momento, pero para que sea perfecto necesito sentir mis nalgas golpeadas por un buen par de bolas mientras me llenan de polla... ¿Le interesa el trabajo? -sonríe más, apartando con un dedo la enloquecedora tirita, exponiendo su tembloroso agujero. 

ASISTENCIA

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