martes, 5 de marzo de 2019

RIESGO LABORAL

BAJO MANO EXPERTA


   Si, todos esos cuentos sobre los peligros de pasar una noche del viernes en una celda, detenido por borracho, eran ciertos. Antes de irse para su casa y comenzar el descanso de fin de semana junto a su mujer e hijos, el rudo y viril sargento se paseaba por los calabozos, atraído por el olor de los machos reales. Ha visto tantas cosas, corrido tantos peligros, ha tenido que derribar a muchos, pelear a brazo partido con varios en un callejón, a un tiempo, que terminó encontrándoles el atractivo. Cosas que pasan. Allí, teniéndolos a su alcance, encerrados, molestos y medio ebrios, era su momento. Él entraba, tocaba, ofrecía dar mamadas y ordenaba le encularan, sorprendiéndolos. Pero como la noche era tan larga y aburrida, la salida se había jodido, la follada con alguna puta se había frustrado, y allí estaba ese gordito con cara de saber chuparlas y sacarles brillo montándolas, ¿por qué no probar, verdad? Y les cumplía, pero la fuerza de la nueva pasion, todo lo que ese macho amante de las trancas les hacía, los empujaba a nuevos límites que se atrevían a rozar, acariciar y cruzar. Y, una vez que salían, el recuerdo iba con ellos... Y volvían. Tal vez no con él, pero había tantos otros tíos con buenas macana entre sus piernas!!! Y todos deseando usarlas. 

PARADIGMAS

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