BOTON
Y
para tanto...
Puja
y aprieta los dientes, frente contraída, cuando siente que
efectivamente aquello estaba superando la barrera de sus labios,
mientras el resto de los chicos miran, ríen y se soban sobre los
suspensorios. Le dijeron que, como costosa adquisición para el
equipo, ya iba siendo hora de que recuperara el tino con el bate o
ellos tendrían que enseñarle cómo usarlo. Joder, se empeñó y
bastante, pero andaba en una mala racha. Ahora allí estaba, iban a
enseñarle cómo usar el aparato ese. Y la verdad es que nunca esperó
eso mientras lo siente realmente deslizarse unos centímetros,
adentro y afuera, entrando y saliendo, los chillidos de “mira,
mira, le gusta, la tiene dura y le gotea”, o los “bien, para algo
servirá después de los juegos”, agregado por otro que se la saca
del suspensorio. Joder, de saber que las cosas serían así con ese
grupo, y que esos los castigo, se habría cambiado hace bastante rato
y fallado completamente desde el inicio de la temporada.
-Relájate...
-le aconseja el capitán del equipo.- Dos minutos más de esto y
estarás listo para recibir las atenciones del resto de tus
camaradas.
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