domingo, 12 de mayo de 2019

ZWEITENS

ERSTE

   “Joder, ¿acaso es mucho pedir que pueda hacer lo que me da la gana, dejar salir la fiera interna y que el mundo me escuche, entienda y acepte? ¿Es muy malo querer salir y encontrar chicos que quieran tocarme, lamerme, mirarme con adoración y que supliquen por mis atenciones? Otros lo hacen, ¿por qué yo no?, ¿por qué debo contenerme porque en todas partes parece haber un conocido del trabajo, de mi urbanización o de la familia? Voy para los cuarenta, carajo, ¿cuánto más voy a esperar para tener todo el sexo que quiero, ir donde quiera y hacerlo otra vez, conocer a este o aquel y clavársela hasta que lloriquee por más?”. Si, ya iba siendo hora de que se decidiera, ¿verdad? ¿Algun chico que quiera hacerle el favor?
   Ha escuchado que en ese stadium donde practican muchos tíos se aparecía un tipo dispuesto a... Bien, a meterse entre las recias piernas de un hombre y clavar la cara en su entrepiernas, oliendo de manera escandalosa, con ganas, frotándose de la barras, que las atrapaba con las manos y las mordía sobre la tela, chupándolas. Que les pedía que lo acompañaran a los baños para que se las pudiera mamar, que lo hacía como un campeón hasta lograr ordeñar una buena carga que tragaba. Quiere eso, una tarde loca; espera por... “Oye, guapo, ¿no quieres que te la...?”. Sonriendo alza el rostro hacia la voz y se impacta. “¿Primo? Joder, ¿eres tú el gran mamagüevo de la cuadra?”, ríe y separa las piernas, “comienza”.
   -Mierda, ¿hora de cobrarme los impuestos otra vez? ¿Seguro que no vienen muy seguido buscando sacarme todo? -gruñe torvo el oso montañez.- Bien, entremos, tengo tiempo para atenderte. -sonríe complacido al mirar al joven hombre de traje enrojecer y sus ojos brillar tras los lentes finos.- Me gusta tu traje, pero ya quiero quitarte esos pantalones, desde atrás, y verte ese culo apenas cubierto con la más sensual pantaleta de tu mujer, como te pedí la vez anterior. ¿Recuerdas?, ¿de cuando estabas sobre mi tranca y me prometías lo que yo quisiera si no me detenía? Espero que hayas cumplido o no habrá más de esto. Lo que sería una lástima, no creo que hagas este largo viaje tan sólo por el paseo.
   Mira a los chicos, todo grandote, peludo, masculino, y vuelve el rostro al juguete del unicornio, lamiendo la punta, dándole besitos a la punta, sobando con sus manos, tragando... Esos jóvenes sabrían, sin palabras, qué deseaba. Aunque era un gesto inútil, ya le conocían en el complejo turístico, era como otra atracción del lugar: el peludo maricón con alma de puta insaciable a la hora de tragar jóvenes virilidades. De hecho a eso iban; a veces en grupos de tres o cuatro amigos o conocidos. Unos que ya tenían experiencia en ese tipo de mamadas y otros que por curiosidad se acercaban para ver cómo era la vaina. 

DRITTES

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