Y
hay quien quiere mucho de eso...
Creído,
sabiéndose sabrosote, graba videos para la novia, aunque a esta no
le gustan muchos, cosa que le ofende un poquito. ¿Cómo puede no
querer verle así? Por eso le alegra cuando se entera que al
hermanito de ella, chico gay y reilón, si le gustaban; que jadeaba,
y chillaba viéndolos... descubriéndole dos veces sobándose
mirándolos, tocándole con adoración en la pantalla con la mano
empegostada. Eso halaga su vanidad. No lo hablan, el chico sabe que
el otro está enterado de que ve los videos, y él está muy
consciente de que este se los presta a los amigos y los publica por
ahí, teniendo ya un numeroso y siempre creciente grupo de chicos y
tíos calientes y mojados comentando lo guapo que es, lo difícil que
debía ser para él (el chico) tenerle de cuñado siempre de visita
en la piscina. Así que sigue grabándolos, dejándolos por allí
como al descuido, para que el chico y sus amigos los disfruten. A
veces, bailando, mirando hacia la cámara, gruñía bajito algo que
nunca le habría dedicado a la novia: “¿No quieres venir y lamer
este cuerpo? ¿Bajarme esta vaina con tus dientes y chuparme el
güe...?”. Para ese punto ya no escuchaban, estallando cada uno en
su mano. Deseándolo. Algo que sabe y le encanta.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario