jueves, 25 de julio de 2019

LIMITES EN LA GUARDIA

NECESITADO DE DISCIPLINA

   Una que no se le hacía pesada...
   Le gustaba ese turno de noche, cuidando de aquellos agresivos, vulgares y ordinarios tíos detenidos que gritaban que querían mear, o tirar; que les mandaran a una puta. No descansaban hasta que llegaba y les ofrecía mamadas. Lo que les sorprendía pero luego cedían, teniéndolas cada uno de ellos bien duras, deseando y gozando de la boca del guapo chico calentorro. Había algo en la idea de ser un preso, viendo mamar a un uniformado, que los ponía frenéticos. Claro que era peligroso tal proceder, todos querían follarle luego, tenerle en cuatro sobre el catre y hacerle gritar de gozo como ronroneaba mientras chupaba. Pero el joven no quería eso, era un machito a punto de casarse y, siendo así, por respeto a su prometida y a él mismo, no se vería bien que dejara a que otro sujeto se la clavara, duro, por el culo. 

TIEMPO INTENSO

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