Esto
suena como a jugar con la ouija en un cementerio...
El
quinto episodio de la primera temporada de Supernatural nos regresó
a un enemigo ya conocido aunque presentado en una nueva modalidad, un
fantasmas, como la del primer y el del tercer episodio. Uno agresivo
y rencoroso como familiar político en día de fiestas, en la
modalidad de otra leyenda urbana muy comentada, como también lo era
la del piloto, la dama de blanco en la carretera. Esta es Mary La
Sangrienta, nombre que se parece mucho al que la historia le da a una
reina escocesa que fue decapitada por su prima, Elizabeth, cuando se
disputaban el trono inglés y ganó la hija de Enrique VIII por una
cabeza. Peleas de católicos y protestantes que hoy nos suenan a
locuras pero que durante siglos moldearon lo que luego sería el
futuro, nuestro mundo.
Los
Winchester, dos muchachones a quienes las chicas del episodio no
dudan en catalogar de muy guapos, se presentan e investigan un caso
notable que... no sé exactamente por qué les llamó la atención.
¿Leyeron en el periódico sobre un hombre que muere por causas no
determinadas estando a solas en un baño y en eso hay un indicio
sobrenatural? Siempre he creído que mucha gente muere en sus baños
(no quisiera yo). Obviamente los chicos necesitan de una razón para
lanzarse sobre el caso, ¿eh?
Tres
chicas pasaban el rato y hacen una invocación a una entidad de la
que han escuchado que mata a quienes lo hacen. Hay dudas, algo de
temor, pero se hace. Y uno se pregunta para qué, pero se entiende
que unas chicuelas lo hagan, hay presión de amigas, el deseo de no
parecer un miedoso y la misma rebeldía de la edad. Fuera de que
nadie espera, realmente, que pase algo, por mucho que sostengan en
contra los mitos urbanos de “yo supe de un caso que...”. Frente a
un espejo la chica repite tres veces el nombre del presunto fantasma.
Y este aparece, moviéndose en superficies reflectantes, y mata a un
hombre. El padre de la joven que le trae, por lo que se entiende su
culpa luego. Y qué karma.
Esta
leyenda del espíritu convocado repitiendo su nombre tres veces es
muy conocido, al menos en cuentos y relatos, unos frente a los
espejos; otras veces se especifica necesariamente que se haga a media
noche a la luz de velas; otras versiones indican que tiene que ser en
un cementerio (en algunos relatos el nombre del espíritu es
Verónica). Pero, como sea, el nombre se repite tres veces, la
entidad se presenta y, aparentemente, algo pasa. Siempre algo
desagradable. Por lo que vuelvo al punto, ¿que por qué se hace?,
porque nadie cree en fantasmas, claro.
Este
tenía su pega, estando a punto de casarse, la presencia originaria
es abandonada, o traicionada, y se mata frente a un espejo, quedando
atrapada en este, lo que se entreteje con otra leyenda urbana, otra
creencia, la de que hay que cubrir los espejos cuando alguien muere
en una casa para que su alma no quede atrapada. Este, en especial
(porque la historia de los hermanos lo reclama así), persigue a
gente que guarda secretos mortales, crímenes que han terminado en
muertes que no han confesado. El hombre había matado a su esposa, la
otra joven había arrollado a un chico dejándole abandonado en la
carretera. Es un fantasma rencoroso pero justiciero, combinación
peligrosa, como moralista era la dama de blanco en el piloto, que iba
tras tipos infieles.
Me
gustó el caso, la investigación, la pelea con el enemigo, donde Sam
es la carnada porque guarda un secreto de muerte. Me gustó el giro,
parecían haber triunfado y el fantasma, saliendo de los pedazos de
espejos, como la entidad en la película El Aro (o La Llamada como
también se le conoce), se pasea por ahí. Es Dean quien salva el
momento enfrentándola a su propia imagen en otro espejo y la sangre
que ella misma tiene en las manos; fue algo ingenioso, como lo que
hace Sam en el primer episodio con la culpa que la dama de blanco
cargaba. Sin embargo… pudo hacerse algo más siniestro, como fuera
alguien acechando desde el espejo y que la persona sintiera que era
mirada, siempre notando una sombra en las superficies pulidas. Cuando
el espíritu atacaba era demasiado rápido.
Aquí
sabemos que algo más pasa con Sam, aparte de la rabia que siente por
la muerte de Jessica y su deseo de vengarse; se siente culpable
porque presentía que algo malo pasaría, viéndolo en forma de
sueños, y nada dijo porque deseaba parecer normal. Él vio la muerte
de Jessica y nada hizo. Esto lo ignora Dean, quien cree que todo se
reduce a la culpa. Lo que Sam oculta, esa capacidad psíquica, será
de vital importancia después. También lo será la culpa, como
veremos, uno de los motores en la vida de los Winchester,
especialmente en la de Dean.
Sobre
la chica a la que el novio se le suicidó, no creo que haya persona
en el mundo que pudiera responsabilizarla de eso; que una persona le
diga a otra “o te quedas o me mato” es la más clara invitación
para que se le deje sola. ¿Quién se arriesga a continuar, a darle
la espalda o a dormir con semejante demente?
¿Fue
sólo a mí o parecía incómodo dormir como lo hacía Sam en el
Impala? Cuando ve a Jessica, ¿deliraba por falta de sueño, por
cansancio o ella realmente estaba allí? Claro, nada cuenta, y es que
aunque los hermanos andan juntos para arriba y para abajo, se cuentan
pocas cosas. Eso también lo comprobaremos a lo largo de la historia.
¿Y cómo es que esas canciones siempre suenan tan bien cuando un
episodio inicia o termina?
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