martes, 27 de agosto de 2019

SAM, DEAN Y EL ASUNTO EN SAN LUIS -01x06

SUPERNATURAL, ¿PARA SIEMPRE?
   O el caso de los dos Dean...

   El episodio sexto de esta primera temporada fue antológico, ocurre el famoso incidente en Saint Louis, el cual perseguirá a los hermanos hasta el final de los tiempos (como cuando uno se rasca y dice feo a la suegra en una cena familiar; eso no se olvidará jamás); un encuentro con la ley que convierte a uno de ellos en un peligroso criminal. Chapita de la cual ya no podrán escapar. Ocurre en la primera temporada y los perseguirá hasta el tiempo de los leviatanes. Fue, igualmente, un episodio que odié en su momento. ¡Cómo le hacen eso a Dean!

   Enfrentamos a un nuevo villano sobrenatural, un mutante, algo que nació como hombre y fue cambiando en algo horrible. Como lo explicara él mismo. Eso está bien, sentirse mal por el rechazo, la discriminación y hasta la persecución, ¿pero de dónde sale lo siniestro, lo de matar y lastimar a mujeres haciéndose pasar por el novio o el marido, condenado a estos a pagar cárcel? Si se lo hiciera a alguien que va a agredirle, todavía habría una justificación de defensa propia, ¿pero así? ¿Nada más de ser rechazado? Joder, si uno puede cambiar de forma, ¿por qué no acabar con el problema? Fácilmente puedo vislumbrar una vida “robando” una fachada como la de Dean Winchester (si, ese Jensen Ackles tenía una linda cara de muchacho, guapo y atrevido, que sólo mejoró con la edad).

   La criatura es un transformista, como le llaman en este episodio, variando luego a un “cambiaforma” (que suena mejor, lo otro tiene ciertos tintes negativos de sexualidad), como les conoceremos para siempre, luego. Ya le tenemos a él, una criatura capaz de transformarse en cualquiera al que toque, robando además sus pensamientos, su personalidad. Y aquí ocurren cosas que son parte del cannon del programa y su mitología:

   Sabemos que Dean se sintió abandonado por el padre, a quien sirvió como fiel soldado, y por Sam, el chico al que tuvo que cuidar desde bebé. Todos se fueron a hacer sus vidas sin decirle ni siquiera adiós. Se siente herido y rechazado (¡y no anda matando a inocentes!), aunque se lo guarda para sí.

   La mayor preocupación de Sam es saber qué fue de Dean, como lo es de Dean el correr en auxilio de Sam; esa siempre será una constante independientemente de lo que esté ocurriendo.

   Dean, cuando quiere (y cómo no), impresiona a la chica de turno con sus chulerías, aún a una que desconfía de él. Aunque en este caso fuera el cambiaforma. Es que con esa cara, esos trucos y seguridad en sí, se entiende. Lo notable es lo mucho que transmite esa cara bonita.

   Y ahora es un prófugo de la ley, por ahora él, luego Sam le acompañará en la distinción. Algo que no entendí bien hasta la llegada de los leviatanes. La lucha de los hermanos contra lo sobrenatural es una lucha solitaria. Dos contra el mundo, uno que no sabrá todo lo que hicieron por ellos. Nadie de autoridad, nadie que pueda influir en otros debe saber de esa batalla. Nadie que pueda creerles y ayudarles haciéndoles la vida más fácil. Esa será una constante siempre. Puede que alguien les crea, pero lo callará.

   No tenía en la memoria esa pelea entre Sam y Dean, el falso Dean, cuando este le recuerda que nunca pudo ganarle, ni de niños. ¿Peleaban mucho los hermanos?, ¿Dean le daba lecciones de lucha? Como sea, esto también se verá más adelante. Más de una vez. Los intercambios verbales y los físicos entre los dos. Doloroso siempre.

   Debo confesar, al respecto, que uno de mis mayores placeres es ver qué tan peligroso o feo es el peligro de la semana; observar a Dean coqueteando y haciendo el tonto a ese respecto para desesperación de Sam; y me gusta cuando luchan casi coreográficamente contra enemigos en común. Y me encanta cuando discuten, a veces en broma, otras con sentimiento, pero especialmente con resentimiento. Que los hay entre ellos. Son de mis momentos especiales. Aunque estoy parcializado. Soy total y completamente deanista.

   Me gustó esta criatura de ojos plateados y siniestros, que da base a otro mito urbano, que los ojos pueden reflejar más de lo que se piensa, igualmente que los perros pueden sentir lo sobrenatural. Y que la plata sirve para muchas cosas. Era este el segundo “monstruo” en aparecer, el primero fue el wendigo.

   La discusión sobre si Sam miente o no, fue incómoda y existencialista; si, actuaba como un mentiroso ocultándole todo a sus amigos, especialmente a Jessica, pero también puede alegarse que aquello que no se dice no es técnicamente mentira. ¿O sí? Eso siempre confunde. 

10 DE OCTUBRE

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