lunes, 20 de mayo de 2019

SAM, DEAN Y EL MONSTRUO EN EL BOSQUE -01x02

   En las playas no pasa esto...

   Si el primer episodio de la serie me había dejado picado, el segundo me fascinó, porque soy amante de las películas de terror y suspenso por un lado, y porque Dean Winchester se nos mostraba como más genial de lo que imaginábamos, desde un punto de vista masculino. El personaje exhibe algo que en el fondo mucho hombres deseamos, una vida vagabunda y aventurera, al volante de un carro increíble recorriendo carreteras, atravesando todo un país, mirando paisajes, llegando a lugares nuevos, y mientras lo haces oye buena música, come lo que le da la gana y quiere, bebe bastante, coquetea con cuanta chica se le cruza por el camino, no rehuye una pelea a puñetazos y encima se ve del carajo mientras lo hace. ¿Quién no habría querido una vida así, con todo y facha, alejado de las presiones de horarios de un trabajo que a veces no satisface y que no nos cubre de la incertidumbre de un mal momento en un instante dado? Al menos por un tiempo. Sin la maldición familiar, claro. Esa es una mugre como llegaremos a ver más adelante.

   Y si, digo terror y suspenso por el comienzo del programa, los tres jóvenes amigos, guapos y llenos de posibilidades, los retrataron en dos segundo, acampando en un lugar apartado, bello pero solitario, porque lo era, bonito (soy más de playas y ríos que de montañas y bosques, pero el lugar lo era). Los jóvenes saliendo, los gritos, el ataque, uno escondiéndose en su carpa, apagando luces y sonidos, muerto de miedo, ¿sabrá que estoy aquí?; todo fue de tensión y suspenso. Tres chicos más, damitas, tres parejitas corriendo por esos montes en las sombras, con eso cazándolos, alguna chica cayendo, un cobarde gritando que sólo se cuida a sí mismo, todos separándose y ya la película estaba hecha. Vi una así hace poco, dos parejas van en un carro comportándose extrañamente tontos y en un descuido atropellan algo que luego resulta era el hijo de una Pie Grande, que va por venganza. Merecidamente. Malisima, por cierto, esa cinta; uno casi deseaba que los matara para que pasara algo. Pero lo que quiero decir es que hay películas que se hacen así. Y hasta con menos, como El Proyecto de la Bruja...

   Por supuesto, después de ese inicio, la calidad para asustar baja porque comienza la investigación de dos jóvenes que se hacen pasar por el funcionarios que toque para lograr sus fines, en este caso eran agentes de Parques como la vez anterior eran Marshalls; aparece la bella chica hermana de uno de los desaparecidos, está la vieja víctima que recuerda todo y que ya no cuenta su historia cansado de ser objeto de burlas (pero que no se va, si a mí me ataca un monstruo y sobrevivo, pensaría en emigrar). Con lo de “¿conoces de un oso que abra la puerta?”, fuera de pensar en Yogui, que era más listo que la mayoría de los osos, recordé cuando, más adelante en el programa, aparece Hulk.

   El enemigo esta semana no es un fantasma atado a una tarea, aparecérsele a hombres que considera infieles en una curva del camino, es un monstruo. Y así como el cuento de la mujer en la carretera es un mito archiconocido del mundo entero, también esta criatura lo es, la cosa salvaje que vive en los bosques y es vista a lo distancia, por las noches, por muchos pueblos en sus tradiciones, algo con lo cual las madres asustan a sus hijos. La leyenda habla del cazador, el indio o el colono que pasa un mal invierno y comete un acto abominable que le condena ante los dioses (es una leyenda marcadamente indígena), convirtiéndose en la pesadilla de las tribus cuando el invierno es largo y malo (como en Juego de Tronos).

   Es el wendigo, algo que una vez fue humano, quedando atrapado sin alimentos en un punto apartado en pleno invierno, a punto de morir de hambre, y que para sobrevivir devora la carne de otros seres humanos. Un caníbal maldito que se transforma en algo apenas más elaborado que un animal salvaje y aterrador, sagaz y fuerte. No lo encontré, pero tengo un libro de 1965 que habla de esto, del Abominable Hombre de las Nieves, el Yeti, el Sasquach, que no son lo mismo pero se parecen bastante. En ese texto casi se asegura que son criaturas reales dado la gran cantidad de testimonios de sus presencias, por la persistencia de los relatos, aunque hoy en día, sentado frente a un monitor, uno, que intenta no salir de la zona de confort, duda.
   El ser que atrapa hombres y los come para sobrevivir, logrando hacerlo durante decadas y decadas, hibernando después de alimentarse. Este tema fue maravillosamente desarrollado en otra historia aterradora, en Los Expedientes Secretos X, el atroz Eugene Tooms, quien devoraba los hígados de sus víctimas. Hay algo horripilante en la idea de estos monstruos, no que cazan y matan, sino en el canibalismo. Eso eriza la piel.

   Aquí será Dean el héroe, quien mate al monstruo (Sam acabó con el fantasma en el episodio anterior), y llega la parte genial cuando la chica le dice que no sabe cómo agradecerle y este sonríe todo chulo casi chasqueando la lengua. La primera vez que lo vi, subtitulado, preguntaba ella ¿tenías que vulgarizar el momento, verdad?, y este estallaba en un sí; eso, para mí, fue increíble. Ese es Dean. Sin embargo... el episodio si tuvo una falla. Algo pequeño y tonto en un programa casi perfecto: la criatura fue mostrada muy generalizadamente. Era un wendigo y ya. Faltó que investigaran que en mil seiscientos, o setecientos u ochocientos salió una pandilla de cacería, que se perdió, encontrándose luego unos cuerpos mordidos pero faltando uno y algo así. Que ese windigo fuera fulano de tal. Fuera de ese detalle, repito, estuvo muy bien.

   Hasta ahora va quedándonos claro que si uno quiere emprender un viaje a un lugar apartado, o de noche, dos cosas no deben faltar en la mochila, balas de sal, por si acaso tropezamos con un fantasma, y unas bengalas o algo para producir un fuego medianamente eficaz a la hora de rociar algo con tamaño semi humano, por si a las dudas. 

DEAN, MUERTE EN EL LAGO -01x03

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