lunes, 19 de agosto de 2019

POR UNOS CENTIMETROS MAS...

LA IGLESIA Y SUS APUROS DOCTRINALES

   Hay cosas que no deberían sentirse graciosas, pero...

   Un belga israelí de nombre Ehud Arye Laniado había acumulado una verdadera fortuna como valuador de diamantes, comenzando cuando contaba sus primeros veinte años de vida, en 2015 vendió el que fuera el diamante más caro del mundo, el Blue Moon of Josephine, en más de 48 millones de dólares; pues bien, murió hace unos cuatro meses atrás, en una clínica privada de París, por un paro cardíaco como parte de las complicaciones presentadas en una cirugía donde le alargaría el pene. Y les confieso que la ironía, perder una vida donde se tenía tanto en la cartera, por eso, fue lo primero que me chocó e hizo sonreir aunque la cosa no fuera humorística; pero no fue lo que más me llamó la atención. El hombre contaba con una esposa hermosa, una residencia valorada en más de 40 millones de dólares en Mónaco, y propiedades parecidas en California, donde se codeaba con celebridades, pero no le era suficiente. Según la familia su cuerpo sería sepultado en Israel. La cuestión es que contaba con 65 años de edad cuando decide someterse a la cirugías. ¿Esperó tanto para eso? ¿A los 65? ¿Qué afán había? ¿Un concurso de calzoncillos mojados entre millonarios? Obviamente era cosa de demonios personales. Esos son terribles, y lo peor son lo banal que pueden parecerles a otros. Bien, no todo se obtiene con dinero. Dicen algunos. Este es un caso de CRUELDAD INCONSCIENTE... 

¿TODAVIA ARDE LA AMAZONIA?

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