miércoles, 15 de mayo de 2019

JUAN GUAIDO, Y LA OPOSICION, EN LA ENCRUCIJADA

SIN NOVEDAD EN EL FRENTE OCCIDENTAL
   Esto preocupa... Aunque debe hacer felices a muchos.

   ¿Por qué una pequeña pero gritona minoría, en la red y por los medios (aún Patricia Poleo, inexplicablemente porque no tiene tanta edad) decreta el destino de la protesta en Venezuela, condenándola en este caso al fracaso como se viene viendo desde hace tres años cuando al grito de “vamos a tumbar al régimen”, “hora cero”, “camino sin retorno” se le dejó tomar todo el mapa político y se desbarató la unidad, lo que le había arrebatado el Parlamento? Siendo lo peor de todo ese y este escenario que nada se aprendió. Veinte años no parecen demasiado para seguir esperando por arreglos caprichosos de si lanzo tantas veces los dados caerán a mi favor, unico momento cuando se hará algo. Aparentemente el tango tenía razón. Los que juegan (citando el programa del momento, que va tan mal como este país) a sus juegos de tronos no parecen ver que en realidad están solos en eso. Hay una buena parte del país que quiere acompañarlos, pero hacen hasta lo imposible por echarlos (como cuando piden que Juan Guaidó se desprenda del pueblo adeco, del copeyano, del de Primero Justicia, insultándolos además mientras lo hace, mientra por otro lado llaman lambucios que tienen lo que se merecen a todo el que se arrecha en un cerro. Obviamente son idiotas funcionales pero pretenden decirle a los demás cómo encarar los problemas.

   La realidad pequeña, la común y corriente, parecen no conocerla los políticos y muchos de esos guerreros del teclados, donde los hay de buena fe, simplemente necios, y los malintencionados que tienen sus propias agendas, sea descabezar a Guaidó para poner a fulana, por decir algo, o los que pactan con el gobierno bajo mesa para tener debilitada a la oposición; y mientras no ven esa realidad quieren imponer una, a contramarcha, que no resultó en el pasado lejano, ni en el reciente, y que el 30 de marzo se comprobó de manera dramática (¿QUÉ PASÓ EL 30 DE ABRIL?). Se llamó al país y a los militares, y unos y otros no acudieron fuera de las plazas emblemáticas (tampoco es cierto que sólo en el este capitalino, se detuvo a gente en toda Venezuela, especialmente en el Zulia), porque en Antímano, Mamera, Caricuao y El Valle (por citar sólo Caracas, donde el gobierno les tiene pánico cuando toman la calle), el trabajo político de ponerlos de nuestro bando, convencerlos de que o nadamos o nos ahogamos, no se hace. No se quiere hacer, y mientras esa mayoría ruidosa, casi violenta que le responde al régimen en sus términos, al grito de “vamos a matarnos, no joda” (pero dicho de verdad), no salga, se deberá esperar a que las presiones internacionales hagan el trabajo. Y Cuba lleva casi siete décadas cercada de sanciones.

   ¿Lo alarmante? Que mientras fracasan esos llamados a estrategias que la mayoría no comparte, más radical se vuelven los anuncios de Juan Guaidó, como lo de reunirse con militares de otras regiones; lo que ya condiciona que el país no acuda a sus convocatorias. Como debió darse cuenta este fin de semana pasado. El llamado declive por aquellos que quieren festejar sobre su cadáver. Mientras más mira las redes y presta oídos a gente que vive fuera y vive bien, en lugar de acercarse a un ejército real de venezolanos arrechos, así no compartan su visión política, la convocatoria de Juan irá bajando más y más. Pretender buscar algunos aplausos indicando que se pedirá a la comunidad internacional otro tipo de apoyo invocando artículos como si estos tuvieran alguna cualidad mágica que obligara a su ejecución lo irá debilitando.

   Artículos por cierto que sólo citan quienes deliran tanto o más que Nicolás Maduro Moros en sus apariciones públicas, cuando se anima, y que Diosdado Cabello, cuando se ve tan extraño al comenzar sus peroratas. Para unos, los otros. Malo, malo. No porque el mundo ya dijo que no son partidarios de una intervención armada (Estados Unidos ya ha dado sorpresas al respecto, pero ponerse a contar con esa única posibilidad es una reverenda idiotez, y un líder no puede permitirse tal pecado), ellos, que serían los que intervendrían para resolvernos el problema que por incapacidad no podemos ni afrontar (unidad, unidad o la anarquía os devorará), sino porque ahonda el drama real de la oposición, lo que los guerreros del teclados no ven: aleja al país que anda arrecho pero no confía en los políticos, y menos en exponer ellos sus pellejos para que otros se monten, como ocurriera el 11 de abril aquel y como una bandita de mentecatos intentó con la dirección de la oposición después de la abrumadora victoria del 6 de diciembre de 2015.

   Esperemos que Juan en realidad entienda que debe tender puentes para llamar al país real, ese que protesta por agua, luz, comida, gas, y les dé un sentido mayor. Repito, lo que ocurre con la justicia y los indios en el estado Bolívar, los niños que mueren desde hace años en el Hospital de Niños de Caracas y la brutal arremetida contra el estado Zulia, estado dejado a su suerte por el sujeto al que la oposición en mala hora hizo gobernador, clama para que salgamos arrechos a las calles, fuera de la basura que se nos ha vuelto la vida y la promesa de que será todavía más basura de seguir estas sombras como van. Pero falta quien convoque con la invitación exacta. Para ello contaría con mucha gente que no está simplemente hablando paja sobre pasos fantásticos en la red, sino reuniéndose con vecinos, asociaciones y sindicatos. Que Nicolás Maduro Moros sea visto como la razón de todos nuestros problemas, que lo es en buena medida (pero todavía no se entiende bien, aún dentro de la oposición el rival es quien puede llegar al trono y a eso se dedica con garras y colmillos).

   Si esta nueva esperanza también se acaba, quién sabe cuándo se volverá a contar con otra, quemados Henry Ramos Allup, Julio Borges y María Corina Machado en el juego de tronos. ¿Terminará quedando sola la casa de la unidad, sin nadie que quiera dar pelea? Parece que es lo que se busca y para eso se trabaja, dentro y fuera de Venezuela. Hay que reconocer que cada vez que el régimen monta una olla de estas, picando media internet y mujeres como Patricia Poleo (¿agente del gobierno?, qué tontería, debe ser su ego) y Nitu Pérez Osuna, hay que reconocer que no servirán para nada útil, pero qué hábiles son usando la fuerza de sus enemigos para que se destrocen ellos solos. Hay que aplaudirles, y pensar que con despecho la gente insiste en llamar burro a ese señor, uno que nos derrota una y otra y otra vez.   

MILITARES Y GOBIERNOS EN LA PICOTA

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